Hogar es Aquí
"Hubo una redada… [nos] detuvieron y a mi papá lo sacaron del auto muy agresivamente. Nos sacaron a todos del auto y nos sentaron en la acera, ya mi papá lo esposaron. Recuerdo simplemente llorar.”
Esa experiencia fue parte de un largo camino que ha emprendido Anali Hernández Cruz para reconciliar su identidad. En muchos sentidos, ha resultado ser más larga que las mil seiscientas millas que su familia viajó desde su hogar en México. Anali ha enfrentado muchos sufrimientos para llamar hogar a los Estados Unidos: intimidación por su estatus migratorio, separación de su familia en México e incertidumbre sobre su futuro. Cuando se le preguntó si todo esto valía la pena para vivir aquí, dijo: “… puedo romper cadenas! Fui la primera en mi familia en recibir una licenciatura, y lloré como un bebé… [s]abiendo que también puedo ayudar a mis padres y poder enseñarles las … cosas … que yo he aprendido.”
“Dios sigue mostrándome que soy amada y digna...”
Anali vino a este país cuando era niña. Su padre llegó primero, como suele suceder, con la esperanza de proveer para su familia en México. Pero la separación resultó difícil, y pronto le siguieron su esposa y sus hijos.
Para Anali, Kansas City es su hogar. Sus esperanzas de un futuro aquí no se ven disminuidas por su amor por su herencia. Se realzan porque ella es muy consciente de todo lo que le costó a su familia llegar aquí. Como llegada en la infancia, Anali calificó para un estatus migratorio llamado Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). DACA protege a un grupo de jóvenes, unos 3000 solo en Missouri, que ingresaron al país sin documentos. No les otorga un estatus legal oficial o un camino hacia la ciudadanía, pero les permite solicitar una licencia de conducir, seguro social y permiso de trabajo. Muchos, como Anali, solo han conocido a Estados Unidos como su hogar.
Las oportunidades tienen limitaciones con DACA. Anali compartió que si bien DACA le ha permitido trabajar y conducir legalmente, cosas como “… programas [de vivienda] … para ayudar a los compradores de vivienda por primera vez … No califico porque no soy ni residente o ciudadana.” También existe la amenaza de que DACA termine. El programa dejó de aceptar solicitantes e incluso para aquellos en el programa, la renovación no está garantizada. Anali dice que eso viene con un gran peso de incertidumbre. ¿Qué pasa si este es el año en que DACA finalmente desaparece? Ella dice: “Tendría que empezar de nuevo porque la puerta que se abrió se cerraría”.
Tener un pie en dos mundos significa que a menudo puede sentir que no es “lo suficientemente” mexicana o estadounidense. Está aprendiendo a hacer las paces en este espacio intermedio y encuentra su identidad definida a través de su fe. Ella confía en sus padres y en Dios para eso. “Dios continúa mostrándome que soy amada y digna. Sé que cuando me siento derrotada no soy yo quien se levanta, es él quien me levanta y me empuja hacia adelante”.
This article was first published in The Catholic Key Magazine
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